Un informe publicado este viernes por la ONG Somos Defensores revela que al menos 65 defensores de derechos humanos fueron asesinados en Colombia durante el primer semestre de 2024. Aunque este dato es alarmante, también indica un cambio en las dinámicas de agresiones. Se ha observado una disminución en el número de incidentes violentos confirmados en comparación con el mismo periodo del año anterior.
La ONG sugiere que esta reducción puede explicarse por dos hipótesis. Primero, los grupos armados podrían haber pasado de acciones violentas a un control social más sutil tras consolidar su dominio territorial. Segundo, la mayor presencia de estos grupos podría estar generando un ambiente de silenciamiento entre la población, resultando en un subregistro de las agresiones.
La Guerra aun sigue en Colombia
El informe, titulado ‘Telegrama’, describe la situación como una carta urgente al Gobierno. Destaca que “la guerra sigue presente e incluso más fortalecida en casi todos los departamentos del país”. También se observa un deterioro claro de la situación humanitaria y un fortalecimiento de los grupos armados ilegales.
La teoría del subregistro cobra fuerza al compararse las cifras. El Observatorio de Derechos Humanos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) contabilizó 97 asesinatos durante el mismo periodo. Por su parte, la Defensoría del Pueblo reportó 166 homicidios entre enero y agosto.
Detrás de estas cifras hay historias trágicas. El informe enfatiza que “detrás de lo que parecen ser números realmente se encuentran vidas”. Muchas han sido arrebatadas por la violencia. Otras están en alto riesgo debido al fortalecimiento de actores armados y a la falta de estrategias efectivas por parte del Estado.
Un caso emblemático es el asesinato de Carmelina Yule, una líder indígena. Fue asesinada en marzo por la columna Dagoberto Ramos del ahora fracturado Estado Mayor Central (EMC). Carmelina buscaba a un menor reclutado por esta disidencia en el departamento del Cauca.
Además, el reclutamiento forzado de menores ha aumentado drásticamente. Se reportaron 159 casos en el primer semestre de 2024, siendo más de la mitad provenientes de comunidades indígenas. Por si fuera poco, los confinamientos han incrementado un alarmante 101 %, afectando a casi 32.000 víctimas en los primeros cinco meses del año.
Redacción: Roxibel Gutiérrez
Foto: EFE
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