El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una orden ejecutiva que restringirá el acceso al derecho al asilo en la frontera con México y acelerará las deportaciones ante la falta de apoyos legislativos tanto entre las filas demócratas como entre los republicanos.
La norma suscitó críticas dentro de su propio Partido Demócrata y entre sus más férreos oponentes republicanos, que la tacharon de medida de «amnistía» pese a que es una de las decisiones migratorias más duras de su mandato.
La orden, que entró en vigor de manera inmediata, permitirá a las autoridades estadounidenses deportar a quienes no superen unos estrictos estándares de asilo cuando se supere la cifra de 2.500 detenciones diarias en la frontera durante un promedio de siete días, algo que en base a las últimas cifras está por debajo del flujo de cruces diarios actual.
La mayoría de críticas llegaron de defensores de los inmigrantes que casi al unísono dijeron que la medida hace eco de las estrategias usadas por el expresidente republicano Donald Trump para cerrar la frontera en 2018.
Biden intentó apartarse de las medidas tomadas por su antecesor en un discurso en la Casa Blanca, en el que intentó explicar que esta orden ejecutiva es una respuesta a la falta de consenso para una reforma migratoria en el Congreso y persigue solicitudes de asilo más ordenadas y menos expuesta a las mafias de tráfico de personas.
Con información de EFE
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