Novak Djokovic fue el verdugo este martes de Vit Kopriva, por 6-1, 6-2 y 6-2, en el camino a la segunda ronda de Wimbledon, el evento que soñaba con ganar de pequeño.
Djokovic tuvo que renunciar a los cuartos de Roland Garros ante Casper Ruud y el 5 de junio se operó de un desgarro muscular en el menisco de su rodilla derecha.
Todos los médicos, incluido el que le intervino en París, ponían en duda su presencia en el grande de la hierba. El balcánico se puso entre ceja y ceja estar en Wimbledon, un torneo en el que ha superado la ronda inicial en sus 19 participaciones.
No sólo está sino que también compite para recuperar la corona. El único rastro de la cirugía es la rodillera que luce, de color gris y es por eso que recibió un permiso especial por parte de los jerarcas del All England Club.
El siete veces campeón está en disposición de luchar por un octavo entorchado que le permitiría igualar el tope histórico de Roger Federer.
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