La policía local de la ciudad de Culiacán, dominada por los cárteles, fue retirada de las calles después de que el ejército mexicano confiscó sus armas, anunciaron las autoridades el lunes.
La medida se produce apenas un día después de que unos 1.500 residentes de Culiacán, la capital del estado norteño de Sinaloa, realizaron una marcha el domingo por el centro de la ciudad para exigir paz después de semanas en las que tiroteos entre cárteles han matado a docenas de personas en la ciudad y sus alrededores.
Pero en lugar de anunciar un aumento de la presencia policial, Rubén Rocha, gobernador del estado, dijo el lunes que toda la fuerza policial municipal, compuesta por 1.000 miembros, no volvería a trabajar hasta que recuperara sus armas.
Soldados, policías estatales y la Guardia Nacional se harán cargo de las patrullas hasta entonces.
Rocha dijo que el decomiso de las armas para la inspección de sus permisos y números de serie no fue una revisión rutinaria, sino que fue “excepcional” y dijo que “esperamos que termine pronto”.
Históricamente, el ejército mexicano ha confiscado las armas de las fuerzas policiales locales en las que desconfía, ya sea porque sospecha que algunos policías locales trabajan para bandas de narcotraficantes o porque sospecha que portan armas privadas no registradas que dificultarían el rastreo de los abusos.
Información: AP
Foto: N+
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