Roma, la ciudad eterna, se sume en el recogimiento tras la partida de su Obispo, el Papa Francisco, a los 88 a?os. Sin embargo, en medio del duelo y las oraciones, una pregunta resuena con fuerza en los pasillos del Vaticano: ?Por qu? este Pont?fice, con su esp?ritu renovador, ha decidido apartarse del destino final que durante siglos uni? a sus predecesores?
En efecto, las directrices que ?l mismo promulg? para su sepelio anuncian un adi?s que desaf?a las costumbres ancestrales.
Francisco: El Papa que desafi? los muros del poder terrenal
Desde su inesperada elecci?n en 2013, Jorge Mario Bergoglio, un jesuita llegado desde las Am?ricas, sembr? una revoluci?n silenciosa en el coraz?n de la Iglesia. De manera singular, su elecci?n de vivir en la austera residencia de Santa Marta, en lugar del opulento apartamento papal, no fue un mero gesto simb?lico.
M?s bien, represent? una declaraci?n de principios: una Iglesia volcada hacia los marginados, despojada de la fastuosidad terrenal. Por consiguiente, su ?ltimo acto terrenal, la elecci?n de su lugar de descanso eterno, no pod?a ser menos disruptivo.

El «Ordo Exsequiarum»: Un decreto de humildad con ecos de misterio
En la primavera de 2024, un nuevo documento lit?rgico vio la luz: el «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis».

Aparentemente, se trataba de una simple actualizaci?n de los ritos funerarios papales. No obstante, tras esta fachada de renovaci?n lit?rgica, se escond?a una intenci?n profunda: despojar al funeral del Vicario de Cristo de cualquier vestigio de pompa imperial, devolvi?ndole la sobriedad de un pastor que regresa a su reba?o.
«Ahora se trata m?s del entierro de un obispo diocesano que el de un emperador romano y ese era el mensaje que quer?a dejar Francisco», confes? a BBC Mundo Massimo Faggioli, un te?logo con la perspicacia de un antiguo inquisidor.
Un solo ata?d para un solo destino: ?Un adi?s definitivo a los secretos Vaticanos?
Quiz?s, el cambio m?s palpable sea la renuncia a la triple sepultura. Cipr?s, plomo y roble, una dentro de otra, como mu?ecas rusas custodiando un tesoro sagrado. Ahora, solo un ata?d de madera, revestido de zinc, acoger? los restos de Francisco.

?Se desvanece con esta simplificaci?n alguna antigua tradici?n, alg?n rito ancestral ligado a los misterios del Vaticano?
Este ritual que tradicionalmente involucraba tres ata?des anidados, sugiere un distanciamiento de las pr?cticas funerarias opulentas y simb?licamente complejas del Vaticano.
Esta simplificaci?n podr?a interpretarse como un alejamiento de la ostentaci?n y un retorno a la sencillez, aline?ndose con un enfoque m?s moderno y menos ceremonioso.
Si bien es posible que se pierda parte del simbolismo hist?rico y la tradici?n asociada con los misterios del Vaticano, este cambio refleja una evoluci?n en la forma en que se honra a los l?deres religiosos, priorizando posiblemente la humildad sobre la magnificencia.
Las tres estaciones del adi?s: Un ritual despojado de escenograf?a
Mientras tanto, el protocolo de las tres estaciones, el viaje final del cuerpo papal, tambi?n se transforma.
La constataci?n de la muerte, lejos de los aposentos privados, se traslada a una capilla. Inmediatamente despu?s, el cuerpo ser? introducido en su humilde ata?d, sin la teatralidad del catafalco que elevaba a los pont?fices difuntos como figuras sacras intocables. ?Se busca acaso un adi?s m?s terrenal, menos envuelto en el aura de poder celestial?
La respuesta es, s?, el traslado de la constataci?n de la muerte a una capilla y la introducci?n inmediata en un ata?d sencillo, en contraste con la teatralidad del catafalco, apuntan directamente a la b?squeda de un adi?s m?s terrenal.
Se despoja al cuerpo papal de la imagen de figura sacra intocable, sugiriendo una voluntad de enfocar la despedida en la dimensi?n humana del pont?fice.
Santa Mar?a la Mayor: ?Una devoci?n personal o un mensaje oculto?
Pero la verdadera sorpresa, la que desata las conjeturas, reside en la elecci?n del lugar de sepultura. No las venerables grutas vaticanas, santuario subterr?neo de Papas, sino la Bas?lica de Santa Mar?a la Mayor, un enclave romano fuera de los muros leoninos. ?Una simple muestra de devoci?n mariana, como ?l mismo expres??

«Como le promet? siempre a la Virgen… quiero ser enterrado en Santa Mar?a la Mayor, porque es mi gran devoci?n«, revel? Francisco. Sin embargo, algunos susurran sobre los siete Papas que ya descansan all?, sobre la historia milenaria de este templo y su papel en la protecci?n de Roma. ?Busca Francisco unirse a un linaje particular, invocar una protecci?n especial para el futuro de la Iglesia?
Su testamento, revelado al mundo, insiste en la sencillez: «un sepulcro en la tierra; sencillo, sin decoraci?n particular y con la ?nica inscripci?n: Franciscus». No obstante, la sobriedad de sus palabras no acalla las preguntas que su elecci?n suscita.
El C?nclave en el horizonte: ?Un nuevo rumbo para la iglesia?
Tras los nueve d?as de luto, los cardenales se reunir?n en c?nclave para elegir al sucesor del Papa Francisco. Indudablemente, el esp?ritu de este Papa, que transform? la liturgia de su propio adi?s, influir? en la elecci?n del nuevo l?der de la Iglesia Cat?lica.
Redacci?n: Mar?a Laura Garc?a.?
Informaci?n: Ultimas Noticias/Euronews/BBC.
Foto: Referencial.
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