Por Danfny Velásquez
Antes de comenzar el relato de Antonio Del Valle, recordemos: «Las cinco Águilas Blancas de la tradición indígena, son los cinco elevados riscos, siempre cubiertos de nieve. Las grandes y tempestuosas nevadas, son el furioso despertar de las águilas; y el silbido del viento en esos días de páramo, es el remedo del canto triste y monótono de Caribay, y el mito hermoso de Los Andes de Venezuela» Tulio Febres Cordero.
Se trata de un adulto contemporáneo, venezolano, empresario, presidente de Radio América, hombre de cielo, mar y tierra. Aventurero de corazón, explorador y como resultado sus experiencias. Hijo, hermano, esposo, padre, y amigo incondicional, Antonio Del Valle. Recientemente realizó un viaje de aventura, donde en su equipaje, no podía faltar la bandera de Radio América. En esta oportunidad, comparte su aventura con los venezolanos, narrando las vivencias compartidas, y quienes tuvieron el placer de acompañarlo en este recorrido por el estado Mérida.
Son tres guías: Alfredo Pacheco, Médico Urólogo, quien ya antes lo acompañó a Amazonas y además de acompañarlo en esta nueva aventura, un amigo de Alfredo, llamado Enzo, y Jorge López, a quien conoció en Roraima, y había estado antes en el Campamento Sagarmatha, en esta aventura estuvo, la nieta del Dr. Jesús Varela, (padrino de Antonio Del Valle), María Andrea Varela, quien también es, amante del turismo de aventura.
Una aventura que comienza desde Apartadero, quedándose en el Campamento Escuela de Montaña Sagarmatha, propiedad de Marcus Tobía, uno de los primeros venezolanos que subió el Monte Everest, el miércoles 23 de mayo de 2001, Marcus Tobía y Delgado integrantes del Proyecto Cumbre, llegaron a la cúspide del monte Everest, «El techo del mundo» región del Himalaya, en el lejano continente asiático, a 8.848 metros de altura, enarbolando la bandera tricolor: amarillo azul y rojo con sus estrellas. Gracias a la valentía de estos montañistas, orgullo para nuestra nación, por el hecho de haberse llevado el blasón al mítico espacio, al que solo llegan los arriesgados que, desafiando vientos de más de 100 kilómetros por hora, dispuestos a morir por hipotermia o ser arrastrados por una avalancha, consiguieron vencer a la naturaleza.
Volviendo al punto, respecto a la idea de comenzar en Apartadero, era aclimatarse, ya que estarían expuestos a una altura elevada a casi 5.000 metros de altura, como lo es, el Pico Bolívar; continuando el dia lunes, con un buen entrenamiento teórico de cuerdas, de ahí, a la Piedra La Babosa muy cerca del Campamento, el entrenamiento era subir y operar los equipos de cuerdas y como bajar en Rápel, esta piedra tiene alrededor de 20 metros de altura, el entrenamiento consistió en hacer la práctica en La Piedra Babosa, tres veces, entrenamiento orientado por el equipo preparador, listos, preparados para realizar la travesía.
Desde Sagarmatha a los Nevados, día martes, donde los esperaba el Pueblo de Los Nevados, pintoresco, con una sola calle empedrada y una vista espectacular, un pueblo Patrimonio Cultural de Venezuela, con una historia que contar, que data de muchos años, una iglesia de 1917, una radio llamada Aldea 100.5 FM, la Posada Guamanchi Los Nevados, donde pernoctaron una noche para descansar y dormir, luego de cinco horas aproximadamente de trayecto. Este recorrido pasa por la montaña y cruza la ciudad de Mérida, bajando hacia el otro lado de la cordillera, y se debe realizar en carro rústico o vehículo de doble tracción.
El día siguiente, miércoles, arranca la caminata de 20 km, desde los Nevados hasta Valle del Indio, al pie del Chorro de Humo, Parque Nacional Sierra Nevada, es un valle imponente, con un rio de piedras blancas, algo inigualable. En valle del Indio, acamparon, llegaron al Campamento a dormir en una planada que se encuentra en la zona, no sin antes recordar, que las últimas dos horas de travesía, fueron muy duras, estaba lloviendo. Al día siguiente, después de dormir en Valle del Indio, caminaron otros 10 km más, hasta el Campamento base del Pico Bolívar, llamado Albornoz. Este Campamento se encuentra a 4.600 metros de altura, la temperatura es menos 2 menos 3 grados, desde este lugar, se puede observar el reflejo del teleférico Pico Espejo, una noche de descanso para el día viernes 21 de marzo, a las 3:00 AM, preparados para el desayuno y salir a las 4:00 de la mañana, rumbo al Pico Bolívar.
El Pico Bolívar, o el Techo de Venezuela, está a 4.978 metros de altura, tiene una travesía de cuerdas, que emprendes caminando por el borde de la montaña, y luego se comienza a hacer cuerdas, logrando la cumbre alrededor de las 9:00 de la mañana, donde logró hacer una transmisión en vivo y directo desde el Pico Bolívar para Radio América. Es ahí, donde el joven empresario Antonio Del Valle, enarbola la bandera de Radio América, llevando en alto el nombre de esta estación radial, Patrimonio Cultural de Venezuela, además de las existentes, y en memoria histórica de otras operadoras de servicio de telecomunicaciones del país. Otro aspecto del mismo tema, es la importancia que tiene de llevar esta bandera a donde se pueda, esta vez le tocó a «El Pico Bolívar: El Techo y punto más alto de Venezuela», en donde se encuentra el busto de nuestro Libertador Simón Bolívar. ¡Enhorabuena!
Comienza el descenso, de regreso al Campamento Albornoz, donde se hizo un Rápel en el área llamada el desahogo, este lugar se creó para desalojar el Pico Bolívar, para no interrumpir el camino de subida con otras personas que están haciendo el mismo trayecto, esto requiere un Rápel de aproximadamente tres tramos de 60 metros cada uno, en total 180 metros de descenso en Rápel. Una vez culminado el Rápel, caminaron aproximadamente una hora, para regresar al campamento Albornoz, ahí durmieron una noche, luego hizo una escalada muy corta de un kilómetro, pero con un ascenso vertical aproximadamente de 170 metros, el cual era para Pico Espejo, llegando a la estación del teleférico para descender a Mérida, a través de este.
La idea de Antonio Del Valle, con estos viajes, como siempre lo ha dicho, son tres objetivos muy claros: Primero el reto personal, la sabiduría que le brinda la montaña, la experiencia, retarse a sí mismo, conocer los límites de su cuerpo, seguir madurando en este sentido. Segundo, abrir un camino para el día de mañana, llevar a sus hijos, cuando ellos sean un poco mayores. Tercero: mostrar a Venezuela y al mundo, a los radioescucha y a través de las redes sociales, que sin duda alguna, tenemos un país hermoso.
Para Antonio Del Valle, hay un sueño por concluir, que sería completar las cinco Águilas Blancas, que comenzó por el Pico Bolívar, siendo este el más técnico. Según don Tulio Febres Cordero (1860 – 1938), el monumento que rememora la leyenda de Las cinco Águilas Blancas, simboliza los cinco elevados riscos siempre cubiertos de nieves de la Sierra Nevada, fue erigido por decisión de la alcaldía del municipio Libertador en el año de 1997. Las Cinco Águilas Blancas, o los cinco picos más altos de la Sierra Nevada son: Pico Bolívar (4.978 m), Pico Humboldt (4.916 m), La Concha o La Garza, Pico Bonpland (4.863 m), El León y el Toro.
Con emoción, y lágrimas en sus ojos, relata Antonio Del Valle, lo que logró visualizar cuando descendía del Pico Bolívar, hay una zona donde se ven los Pico Humboldt y el Pico Bonpland, desde el Pico Humboldt, se logra ver El Glaciar, a través de la distancia, es el último pedacito del Glaciar que queda en Venezuela. Cuando llegaron a Pico Espejo, que es el último tramo desde Albornoz, para luego descender a Mérida, desde el teleférico, la gente muy emocionada tomándose fotos con el grupo que descendía de la montaña, se hacían escuchar los comentarios sobre la aventura, fue muy bonito ver, como era el gesto de estas personas.
Enfatiza Antonio Del Valle, que desde el Pico Espejo, del lado izquierdo está el Pico Bolívar, lugar donde se encuentra el busto del Libertador, viéndose este muy pequeño, además se aprecian los Pico Humboldt, y Bonpland, así como el Glaciar, especialmente cuando hay visibilidad. Otro aspecto importante es que. entre el Campamento Albornoz y la pared del Pico Bolívar, cuando se comienza a escalar, hay un lago llamado timoncito, que originalmente fue el glaciar de timoncito, cuentan personas, que alrededor de cincuenta años o menos, lo escalaron como hielo, para subir el Pico Bolívar. Es un placer para quien escribe, dedicar este espacio enriquecedor, en la esfera de la educación, la cultura, el turismo y el patrimonio cultural. Escrito por Danfny Velásquez. Con Consentimiento previo, libre e informado: Antonio Del Valle.