Tras conocerse el fallecimiento del papa Francisco este lunes 21 de abril, la Iglesia venezolana se unió en oración para pedir por el eterno descanso de quien guio a los feligreses en su camino de fe desde hace 12 años.
El monseñor Jesús González de Zárate, arzobispo de Valencia y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), encabezó la mañana de hoy la misa de la octava de Pascua en la Basílica Catedral Nuestra Señora del Socorro, donde oró para que Jorge Mario Bergoglio se reencuentre con el Padre eterno.
En la eucaristía también estuvieron el cardenal Diego Padrón, el monseñor José Jiménez, vicario general de la Arquidiócesis de Valencia, el padre Pedro De Freitas y los fieles.
PAPA FRANCISCO DIRIGIÓ LA IGLESIA CON ABNEGACIÓN
Posteriormente, González de Zárate dirigió una rueda de prensa donde manifestó, en nombre de los venezolanos, el sentimiento de dolor ante la pérdida de quien «dirigió a la Iglesia con tanta abnegación».
«Su ejemplo de vida nos anima a todos a seguir adelante, confiando en la asistencia permanente de Dios a la acción de la Iglesia. Estoy seguro que sus enseñanzas y las iniciativas apostólicas del Santo Padre, que ha marcado un estilo particular, quedarán en la vida cotidiana de nuestras comunidades y también en el conjunto de la organización eclesial», indicó.
Asimismo, recordó que el papa Francisco, desde el inicio de su ministerio, exhortó a salir a las periferias geográficas y existenciales, a renovar la vida de la Iglesia a través de la opción misionera.
«El papa nos ha hecho descubrir, por ejemplo, que por encima de la cultura del descarte, muy común hoy, en que se prescinde de las personas, debe reinar la cultura del encuentro, no sólo con los que piensan igual que nosotros», agregó.
EL PAPA CERCANO A VENEZUELA
De igual manera, González de Zárate destacó que el pontífice siempre fue cercano a Venezuela y oraba por los venezolanos en todo momento.
«Sabía lo que nos aquejaba, se mostraba cercano a nosotros. Nos invitó siempre a estar muy cerca de las personas y a mantener nuestra unidad. Así lo vimos en estos encuentros, en la visita ad limina que le dispensamos en el año 2018 y en las intervenciones públicas que con motivo de algunas ocasiones especialmente solemnes tuvo sobre la realidad venezolana».
Su amor, aseguró el arzobispo, se mostró en la aprobación de la canonización del doctor José Gregorio Hernández y de la madre Carmen Rendiles, en medio de su limitación de salud.
«No podrá el papa presidir la canonización de estos primeros santos venezolanos, pero todos recordaremos que gracias a él podemos también contaren la veneración, en la liturgia de la Iglesia a estos grandes santos», subrayó.
UN HOMBRE DE DIÁLOGO
El presidente de la CEV resaltó que el argentino fue el hombre del diálogo con los otros cristianos.
«Tuvo numerosos encuentros con creyentes de otras religiones. El papa siempre llamó a superar la guerra, en la que siempre vio un gran mal. Fueron continuos los llamados que él hizo para buscar por medios diplomáticos el cese de las guerras que hoy aquejan a nuestro mundo».
Además, indicó que el legado del primer papa latinoamericano trasciende al amor por la naturaleza y por brindar a las personas, en la equitativa repartición de los bienes de este mundo, un lugar digno donde vivir.
«Y por todo alabamos y bendecimos a Dios, porque el que siempre permanece con nosotros, nuestro Señor Jesucristo, dijo que nunca estaríamos solos, que siempre tendríamos la fuerza de su espíritu y los pastores necesarios para conducir a la Iglesia», añadió.
Información y foto: Radio América
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