Desde la mirada de la radiodifusión sonora, que transmite, difunde, educa y enriquece, en este recorrido turístico, natural, cultural y patrimonial, hablaré de Ejido, municipio Campo Elías, estado Mérida, y de algunos de sus elementos asociados, declarados Bien de Interés Cultural por el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), según Providencia Administrativa N° 003/05 del 20 de febrero de 2005, publicado en la Gaceta Oficial N° 38.234 del 22 de julio de 2005.
El centro poblado Ejido, es un atractivo turístico por sus paisajes, que inspiran para escribir y pintar, su gente amable y colaboradora, es la capital del municipio Campo Elías, tiene siete parroquias: Fernández Peña, Matriz , Montalbán, Acequias, Jají, La Mesa, San José del Sur. Una breve reseña histórica del municipio Campo Elías, fue fundada el 14 de julio de 1650, por el capitán Buenaventura de Bustos Baquero, con el nombre de San Buenaventura de Ejido. La fundación se hizo en un asentamiento indígena, que junto a varias familias notables de Mérida, leales a la Corona Española, formaron el primer núcleo poblacional; siendo el resultado de un reparto de terrenos ejidos por el Cabildo de la ciudad de Mérida, y en sus predios se desarrolló la siembra de caña de azúcar, explotada en Múltiples haciendas y trapiches, empleando mano de obra de algunos esclavizados afrodescendientes e indígenas.
Su origen como emporio del azúcar, y las tradicionales panelas con las que se preparan los dulces caseros de higo, leche y guayaba, así como la rica miel y las flores provenientes de sus campos, le valieron la denominación hecha por Tulio Febres Cordero, “ La ciudad de la miel y de las flores”. En 1705, fue elevada una parroquia eclesiástica. Luego en 1811, fue declarada villa por el Gobierno Republicano y en 1830, se convirtió en cabecera del cantón de Ejido. Hacia 1864, el cantón quedó integrado por la villa de Ejido y las parroquias La Mesa, Jají y Acequias. En 1868, se le dio el nombre de Departamento Sutherland al cantón de Ejido y su capital fue llamado Villa de Campo Elías, en honor al coronel Vicente de Campo Elías, héroe de la gesta independentista. A finales de ese año, se le llamó departamento de Campo Elías, modificando el nombre de la capital, por Ejido. El 28 de diciembre de 1876, Ejido fue elevado a ciudad capital del distrito Campo Elías. En el año 1986, el referido distrito, se convierte en municipio conociéndose con el nombre de municipio autónomo Campo Elías, y su capital siguió siendo la ciudad de Ejido, y en este mismo año, específicamente el 16 de febrero, se crea la parroquia Ignacio. Fernández Peña, de la ciudad de Ejido. Por último, en 1992, adquiere su denominación actual, como municipio Campo Elías, y está conformado por siete parroquias.
El sector Las Mesitas, ubicado en la parroquia Fernández Peña, es una zona especialmente para las actividades de turismo de montaña, aventura y excursionismo, es el parque natural de mayor importancia en el páramo del Guirigay, triángulo limítrofe entre los estados Mérida, Trujillo y Barinas. Se compone de varios caseríos como lo son: El Pajarito, Borro Negro, Lamedero, Visún, El Resbalón, Loma de Carora, Los Lirios, El Volcán, La Cava, Miraflores, La Ovejera, La Pedregosa, Loma Gorda, La Vega, Escundún , El Potrero, La Piedrota y Las Curuvitas. En Las Lomas del Calzadero, muy cerca del centro poblado Los Guáimaros, parroquia Matriz, se ubica el paisaje de loma de la serranía La Culata, lo que representa, unas minas de arcilla y barro en grandes extensiones. Cabe mencionar que los artesanos de la zona, de acuerdo a su experiencia en el uso de un tipo de arcilla o barro, seleccionan el material de su preferencia, ubicando a cada quien, un lugar particular para extraer la materia prima, la cual es utilizada para la elaboración de sus piezas de alfarería. Es una cantera importante, que abastece a los alfareros de la región, desde la época colonial, e incluso, hay algunos que aseguran, que esta mina la emplearon los pobladores indígenas que habitaban esta zona. En el mismo municipio, se encuentran Las Aguas termales de Jají, se trata de pozas de agua de elevadas temperaturas, que oscilan entre los 32ºC y 45ºC con alto contenido de azufre y aspecto turbio, poseyendo el olor característico del ácido sulfhídrico, son recomendadas para el tratamiento reumático y trastornos metabólicos, el atractivo natural, ofrece un paisaje bastante agradable a la vista, y una experiencia interesante.