Más de dos semanas después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se proclamó vencedor en las elecciones del pasado 28 de julio, Estados Unidos y otros países occidentales muestran pocos indicios de que planeen imponer rápidamente sanciones duras ante las irregularidades que han denunciado en el proceso comicial.
La mayoría de los gobiernos han exigido que el Consejo Nacional Electoral (CNE) publique las actas de escrutinio después de que tanto Maduro como el candidato opositor Edmundo González declararan que habían ganado.
Brasil y otros países han intentado garantizar conversaciones entre ambas partes, rivales políticos que no han conciliado en décadas.
Los gobiernos occidentales intentan tomarse «con calma» sus reacciones, dijo un funcionario de una embajada, quien habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir públicamente el asunto. Ningún gobierno quiere ser el primero en nada, añadió, de acuerdo con un reporte de Reuters.
Información: Banca y Negocios/ Reuters
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