La espera ha sido larga, 24 años son demasiados, pero el Real Oviedo ha obrado el ascenso a Primera División. Un año después de que el sueño se convirtiera en pesadilla en aquella final ante el Espanyol, el equipo carbayón ha logrado el objetivo a costa de un histórico Mirandés.
Los dos equipos brindaron un partido precioso, digno de una final de ascenso a Primera División. No faltó la entrega, el sacrificio y tampoco la tensión, latente desde el comienzo del partido. Si algo compartieron las aficiones del Oviedo y el Mirandés fue los distintos estados de ánimo que atravesaron durante el partido: nerviosismo, angustia, tristeza y felicidad.
El conjunto burgalés fue el primero que golpeó en la eliminatoria ganando el partido de ida y también hizo lo propio en la vuelta, aunque en esta ocasión el resultado no fue el mismo. El sueño de las 36.000 personas que pueblan el municipio de Miranda de Ebro termina de forma muy dolorosa.
Y es que el Oviedo consiguió remontar primero el partido y luego la eliminatoria. Aupados por toda una ciudad que tiñó las calles de azul en la previa, los de Veljko Paunovic regresan a la Primera División del fútbol español 24 años después.